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Sitio de conciencia Parque por la Paz Villa Grimaldi visita Zona de Sacrificio de Quintero-Puchuncaví

  • Diciembre 7, 2020

En el marco de la ejecución del proyecto “Sitios de conciencia y territorios vulnerados: El derecho humano a vivir en un ambiente sano”, profesionales de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi visitaron Quintero y Puchuncaví con el objetivo de realizar una investigación etnográfica para comprender la realidad de los habitantes de localidades del país que se han visto particularmente afectados por la actividad industrial. El proyecto, financiado por la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, busca establecer un nexo entre sitios de memoria, como Villa Grimaldi, y comunidades vulneradas en su derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación.

La primera fase del proyecto se desarrolló en Quintero y Puchuncaví el sábado 28 de noviembre, localidades denominadas “zonas de sacrificio”, que llevan expuestas a daño medioambiental desde hace casi sesenta años, lo que ha provocado un severo impacto en la agricultura y la pesca. Las emisiones industriales han contaminado mariscos y pescados y disminuido la riqueza marina obligando a las organizaciones de pescadores a convertirse en recolectores de carbón de las playas, contratados por las mismas empresas que les arrebataron la posibilidad de subsistir en base a la pesca.

La agricultura, por su parte, es una actividad desaparecida hace décadas debido a que sus frutos dejaron de ser aptos para consumo humano y animal. Ese pasado es parte del recuerdo nostálgico de personas como la señora Mercedes González, habitante de Puchuncaví e hija de un antiguo agricultor de La Greda, quien relata: “Mi papá amaba mucho la tierra, mi mamá fue una mujer muy luchadora también, ella lo acompañó en todas las actividades y trabajos de la tierra, ordeñaba las vacas, en ese tiempo hacían queso y todas esas cosas. Vivían de lo que la tierra le daba. Y la tierra les daba y les daba bastante bien, mi papá lo que cosechaba lo exportaba y vendía entonces teníamos un buen pasar como familia”.

Además de la degradación de la tierra y el mar, la contaminación del aire ha afectado transversalmente la salud de sus habitantes. Los establecimientos educacionales enfrentan crecientes dificultades de aprendizaje entre sus estudiantes y otros problemas de salud derivados de la presencia de metales pesados en sus cuerpos. Entre la población se verifica un número significativo de casos de cáncer, de distinto tipo y el desarrollo de patologías en el embarazo, autismo y malformaciones congénitas. Gran parte de estos datos, sin embargo, no quedan registrados en Quintero y Puchuncaví porque los enfermos con frecuencia son derivados al Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar.

A través de la recopilación  de historias de vida, el equipo interdisciplinar de Villa Grimaldi, busca incentivar la reflexión crítica y convocar al reconocimiento de la responsabilidad del conjunto de la sociedad y del Estado de Chile en la existencia de las “Zonas de Sacrificio”. Más aún frente al debate constitucional, que abre la posibilidad de establecer en la carta fundamental la protección del medio ambiente por sobre el derecho de propiedad.

En la plaza de Las Ventanas hay un grafiti que enuncia “Que es más desigual que haya territorios destinados a sacrificar a la gente que lo habita”, bajo el mismo, siluetas -a modo de escena del crimen- representan a víctimas anónimas y de activistas medioambientales muertos.
Carlos Vegas, buzo y tesorero del Sindicato de Pescadores de Las Ventanas, señalando algunas de las empresas instaladas en el borde costero, a metros de la caleta de pescadores
María Eugenia Ogaz, pescadora y representante de la Caleta de Horcón. De tradición familiar, ha sido testigo de los cambios de los recursos marinos impactados por la contaminación.
Un paisaje común para las comunidades de las Zonas de Sacrificio. Una las instalaciones industriales ubicadas en la playa de Las Ventanas y que se proyecta al mar.
Mercedes González, profesora jubilada de la escuela de Las Ventanas, observa un colegio cerrado en la localidad de Los Maitenes. Los niños han sido las víctimas más afectadas en los episodios de contaminación.
Katta Alonso, vocera de Mujeres en Zona de Sacrificio, una de las organizaciones más emblemáticas por la defensa del medio ambiente en la zona. Ha sido amenazada por su activismo.
María Araya, activista medioambiental y de la salud, miembro del CRAS (Consejo para la Recuperación Ambiental y Social Quintero Puchuncaví)
Justiniano Lagos, Presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de Horcón, activista medioambiental y crítico de los megaproyectos inmobiliarios que continúan instalándose en la zona.

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